Cómo convertirse en un conversador interesante.
¿Alguna vez ha notado en varias reuniones que un grupo de personas puede reunirse alrededor de una persona, escuchar atentamente cada palabra que sale de sus labios y que el interés en el tema de conversación puede no disminuir durante varias horas seguidas?
¿Tiene una persona, que con la ayuda de una palabra, mantiene la atención en sí misma, algún secreto? ¿Por qué algunos logran ser un conversador interesante, y el resto al mismo tiempo tiene que permanecer a la sombra del "hablante"?
No hay una respuesta clara a estas preguntas. Está claro que, antes de embarcarse en satisfacer la curiosidad de los demás, también se debe acumular una reserva de información original para uno mismo. Incluso si el niño era un excelente estudiante en la escuela y aprendió todo el programa de estudio, la base de conocimientos, establecida durante los años escolares, puede resultar insuficiente.
El progreso no se detiene, y en el mundo todos los días hay algunos eventos, ciertos cambios, por lo que la conciencia general del presente es necesaria para que una persona sea considerada un interlocutor interesante.
Es posible que sea una regla estudiar cualquier tema que aún no sea familiar cada semana. La flexibilidad del intelecto se entrena leyendo libros, viendo películas interesantes, asistiendo a varios eventos. Además, al dominar los opuses literarios, una persona llena su vocabulario y desarrolla la elocuencia.
Se necesitarán habilidades orales para alinear su conversación de tal manera que encuentre una respuesta de una amplia audiencia. Todos pueden aprender a contar lo habitual, ya que esta o aquella información se puede proporcionar de diferentes maneras.
Antes de abrir la boca al público, debe aprender a expresar sus pensamientos por escrito, aconsejar a los asesores sociales y sugerir un diario personal como ejercicio.
Después de haber presentado cualquier información en papel, se debe volver a ella después de un cierto tiempo y analizar qué tan claro y comprensible es el texto escrito.
Una vez que una persona ha dominado la capacidad de expresar sus pensamientos por escrito, se puede proceder a la práctica verbal.
Toque importante:
incluso si el tema de la narración es extremadamente interesante y relevante, la dicción no clara, la articulación lenta y el timbre desagradable de la voz pueden estropear la impresión de la conversación.
Otros se cansarán rápidamente de escuchar al interlocutor que se tropieza, comienza a hablar, "come" el final, habla demasiado rápido o, por el contrario, se estira las frases. Además de consultar a un terapeuta del habla profesional, los trabalenguas ordinarios y una serie de ejercicios dirigidos a mejorar la pronunciación correcta y formar vocales y sonidos de consonantes pueden mejorar la calidad del habla.
Además, con la ayuda de la capacitación, puede aprender a respirar adecuadamente durante el habla y organizar acentos estilísticos. Los trabajos en sí mismos serán grabaciones de audio y video de oradores famosos. Un pequeño truco: puede practicar mantener la atención del público tanto frente al espejo como frente a la lente de video, y es recomendable ver las grabaciones como una introspección, así como con personas de ideas afines que notarán las deficiencias y las ayudarán a corregirlas.
Debe tenerse en cuenta que para que la historia sea recordada por otros con originalidad y emotividad, el tema de la conversación debe ser interesante ante todo para la persona que lo cuenta. Y, además, la mayoría de las personas no tienen ganas de hablar sobre su propia persona, por lo que en un diálogo no será superfluo plantear las preguntas en relación con varias preguntas, cuyas respuestas deben escucharse con atención.
Bueno, un número dosificado de cumplidos y uno o dos chistes ingeniosos ayudarán a complementar y mejorar las impresiones agradables de la persona y fortalecerla en la posición de un interlocutor interesante.