Familia y niños

La madre odia a su hija: causas y formas de superar los conflictos familiares

La relación entre madre e hijo ha sido elogiada repetidamente en la literatura y el cine. Parece que cada mujer está lista para dar literalmente todo por la felicidad de su bebé. Sin embargo, hay tristes excepciones a las reglas, que se convierten en un verdadero odio entre el padre y su heredero.

¿Por qué la madre odia a su propia hija y cuáles son las verdaderas causas de tales conflictos?

Causas de odio entre madre e hija.

Los psicólogos señalan que las tensiones entre diferentes generaciones de la misma familia pueden ser causadas por una variedad de razones. ¿Cuáles son las más comunes?

  1. Su madre no quería tener hijos, y un embarazo accidental arruinó sus planes de vida. En este sentido, desde la infancia ha sido desdeñosa con su propia hija.
  2. La madre cree que la heredera no justificó sus esperanzas y no utiliza plenamente su potencial creativo y profesional.
  3. Una mujer puede envidiar a su propia hija porque es más bella o exitosa.
  4. A menudo, el conflicto es causado por el comportamiento arrogante de la propia hija, que da lugar a nuevas disputas con los padres.
  5. El odio puede ser una manifestación de amor extremo, cuando la madre intenta con todas sus fuerzas hacer que su hija viva como ella quiere.

Es poco probable que el psicólogo llegue al fondo de la verdad, sin conocer la historia completa de esta historia. A menudo, las causas del odio deben buscarse en el pasado distante. Tal vez a la mujer no le gustó el hombre del que quedó embarazada y, mirando a su hija, ve al hombre él mismo.

Quizás la madre no quería tener un hijo y, por lo tanto, no podía deshacerse de los sentimientos negativos hacia él.

A menudo, las disputas y los conflictos entre parientes están dictados por diferentes puntos de vista elementales sobre la vida. Por lo tanto, una madre ve a su hija como una exitosa abogada que está casada con un hombre rico. La misma chica elige la profesión de un artista y se casa con un amante desfavorecido. Como resultado, nace un conflicto que se convierte en una oposición abierta e incluso en odio.

A veces este sentimiento negativo no es en absoluto lo que parece. Por lo tanto, el amor excesivo de un padre puede parecer negativo. Por ejemplo, una mujer que quiere ver a su hija como una mujer inteligente y hermosa la restringirá en la comunicación con una compañía inadecuada, y se adhiere a su aspecto o comportamiento. El conflicto en tal situación es inevitable, pero es dictado por el amor, no por el odio.

Mejorar las relaciones madre e hija.

Por qué una madre odia a su hija, un psicólogo puede descubrir solo cuando se comunica con ambas mujeres. El especialista también puede aconsejar sobre cómo eliminar el conflicto, pero su efectividad depende únicamente de las propias parientes.

Aquí hay algunos principios que ayudarán a normalizar las relaciones:

  • debe hablar sobre sus sentimientos y emociones, porque de lo contrario, pequeños conflictos no resueltos destruirán las relaciones;
  • las madres deben dejar de proyectar sus sueños sobre el niño, dándole una cierta libertad personal desde la infancia;
  • las hijas deben ignorar las pequeñas molestias y los conflictos, porque en la mayoría de los casos la madre expresa su cuidado con su ayuda;
  • La madre y la hija deben pasar el mayor tiempo posible para obtener intereses comunes y un tema de conversación relevante.

Como en la resolución de cualquier otro conflicto, el diálogo elemental es lo primero. Una madre debe hablar con su hija sobre sus emociones, sin olvidar explicar su razón.

Las hijas también necesitan expresar un gran resentimiento, diciéndole a la madre cómo afectan su relación. Si las mujeres no pueden comunicarse armoniosamente en privado, puede conectarse al diálogo de un psicólogo que le ayudará a resolver el conflicto, como profesional.

Es imperativo que los familiares pasen más tiempo juntos. Pueden ir al teatro, al cine, a reunirse con amigos. Dicha comunicación ayudará a superar el estrés psicológico y encontrar temas comunes para conversar. Si las damas se ven cada dos meses, entonces sus reuniones están necesariamente pintadas en notas alarmantes.

Y otra verdad importante e inmutable es la ausencia de conflictos prolongados. Incluso si la madre de alguna manera ofendió a su hijo, necesita mostrar sabiduría y dialogar. Sí, por el bien de esto, tendrá que pasar por alto el orgullo, pero un conflicto prolongado no se convertirá en una confrontación global ya largo plazo.

Juegos psicológicos que ayudarán a superar conflictos.

"¿Por qué mi madre me odia"? Al formular una pregunta tan dolorosa, la hija no puede adivinar que el padre simplemente no sabe cómo expresar sus emociones correctamente. El aislamiento psicológico lleva al hecho de que los padres parecen ser inexpugnables y fríos para sus propios hijos. En tal situación, el psicólogo puede recurrir a un juego divertido. Su esencia radica en el hecho de que la hija y la madre se abrazaron durante 3-5 minutos sin decir una palabra.

Tal caricia ayudará tanto a expresar sus sentimientos como a evitar tensiones innecesarias.

Otro ejercicio al que recurren a menudo los psicólogos es el recuento de recuerdos agradables. Mamá e hija deben turnarse para hablar sobre esos eventos delicados y brillantes que están conectados entre sí. Esto puede ser vacaciones familiares, vacaciones conjuntas. Hablando de todo esto, los familiares llegarán a la conclusión de que realmente se aman.

Tal ejercicio ayuda a darse cuenta de cuán grande es realmente la conexión entre madre e hijo, mientras se olvida de ofensas menores.

Los psicólogos pueden recurrir a otra forma efectiva de despertar los sentidos: usar el poder del arte. Visualización conjunta de películas conmovedoras sobre la relación entre madre e hija, leer obras literarias sobre este tema juntas, todo esto ayudará a comprender la importancia de las relaciones familiares.

Si las técnicas enumeradas no ayudan, el psicólogo puede recurrir a la terapia de choque. Su esencia es que el especialista hace que la madre y la hija se turnen para presentar la muerte de un familiar y su discurso en el funeral. Una forma tan dolorosa de lidiar con los conflictos abre efectivamente viejas heridas. Como resultado, la madre y la hija entienden que sus puntos negativos entre sí son insignificantes y no están basados ​​en nada, y la conexión espiritual es mucho más importante que las ofensas diminutas.

Durante este diálogo, las mujeres pueden hacer todos los reclamos entre sí. Solo se pueden analizar y sacar conclusiones apropiadas. Además, se le puede pedir a un psicólogo que presente a una madre que nunca tuvo una hija. Al analizar su futuro sin un hijo, una mujer necesariamente se da cuenta de lo importante que es esta relación para ella. Tal técnica, apoyada por un sincero arrepentimiento, a menudo da frutos, ayudando a las mujeres a deshacerse de las quejas mutuas.

Sí, las relaciones entre familiares no siempre son conmovedoras. A menudo, la madre y la hija no se comunican durante años, y cuando comienzan a hacer esto, inmediatamente entran en una confrontación abierta. Sin embargo, los psicólogos creen que cualquier conflicto entre madre e hija se puede resolver con un apoyo psicológico competente. La conexión espiritual en este caso es extremadamente fuerte, y ninguna fuerza puede destruirla de golpe.

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